viernes, 19 de junio de 2009

Mamá...Quiero ser Odiado

Donde estuvo el error, que si hubo no lo encuentro. Donde nací, que si hubo sitio no me encuentro. Defínete en un intervalo de tiempo dependiente de parámetros, por horario infantil no diré el primero, y por no ofender la incredulidad del que se muere no diré el segundo y desgraciadamente el último.

No es que tema al extremo maximal de la vida, pero todavía es muy pronto como para sacarte palabras mal sonantes hacia mi persona, hacia mi forma de expresar lo que nadie quiere oír. No me gusta adelantar acontecimientos a un segundo párrafo que solo vale de coletilla, como el soplón en una mafia o el cotilla en un centro de estudios

Mamá, yo quiero ser odiado, es la única manera de tener amigos y enemigos de verdad. Los primeros, porque aun así te aguantan, los segundos porque aun así lo son.
No merece la pena tener personas de medias tintas, que no saben na mas que mirar consecuencias cuando aun no tienen ni causa de existencia.
Brillan por su enmascarado nivel de mercurio. Que los lleva al sol que mas calienta.

Mamá, yo quiero ser odiado, porque así, aseguraré que alguien me quiere , por tal de hacerme la puñeta. Así aseguraré que nadie me complace por compasión, que es el sentimiento mas culpatorio del fuerte ante el débil. Porque valoro el empeño o las ganas, sin ningún beneficio lúdico. Sin ninguna intención futura.

Mamá de mayor quiero ser odiado, quiero cumplir el sueño de un Peter Pan en busca de la eterna venganza. Quiero dejarlo todo como está. Que así, egoístamente, me va bien, que así, afortunadamente, a los que me odian, creen irle bien.

Odiados somos felices. Si fuera un eufemismo, créeme que lo hubiera puesto en el segundo párrafo. El odio es el único sentimiento que no se puede improvisar. Por eso quizás se improvisa que estamos bien cuando en realidad somos odiados…

Por eso cuando me preguntes para qué estudio, te diré que de momento es, para ser odiado.

jueves, 11 de junio de 2009

Un silencio necesario


Solo sabemos pegar voces. Aun cuando sabiendo que nadie escucha, zumbamos más fuerte. Un amigo llamado ego nunca te falla, él te dice quien te escucha(todo el mundo que tu quieras), cuando tu enemigo número 1, la razón, te dice lo contrario.

Pasa que siempre le hechamos cuenta a los tontos. Y asi nos va, buscando inconscientemente razones sin sentido, pero con direcciones. Direcciones a dónde queremos llegar, a ser el centro, a ser el ego.

Por eso uno a veces ha de callarse. En boca cerrada no entran tonterias. Además el estar callado es un ejercicio que ejercita el oido. Aprender a escuchar es casi tan importante como aprender a hablar.

El único problema; que el silencio dura muy poco. Comienza en la intención y acaba en el primer saludo que nunca te dan por las mañanas, el primer enemigo numero uno que se te cruza en un descuido o el primer diplomático que te saluda sin sentirlo.

Ahora pensandolo mejor, el silencio a veces incomoda, y te apetece hablar...
De hecho te entran unas ganas de descargar todo lo que un día dejastes de decir por diplomacia, que el mismo silencio acaba a voces...

Por eso llega esta arpía de palabras desmesuradas contra todo cáncer viviente dispuesto a hacer daño. Por eso meses callados, deseando de que llegara el día de decir, "ya he escuchado suficiente".
Y que vengan angustiados, por las formas, por los tratos, que todos sabemos callar y gritar cuando nos conviene, pero a dia de hoy, a ninguno de mis inconscientes le conviene escucharme...

Asi que calla, y sigue haciendo lo que hasta ahora sabías hacer, ser diplomáticamente falso, como si a caso fueran dos cosas diferentes...