Sé como quiero acabarlo, te hablo de uno de tus "
síes",...te hablo de uno de tus "
vale"...
El caso es que no sé cómo empezarlo. Más bien, cómo continuarlo... Empezar,...empezó hace no mucho, al revés de como empieza toda historia de casualidad y suerte. Yo sólo seguía un guión que, a pesar de no estar escrito
en ninguna parte, se marcaba a pasos de baile, como
una preciosa muchacha se atreve delante de
un espejo,...improvisación, dejarse llevar, ganas, voluntad, quererse,...
quererse pero de puertas pa' fuera,...
No vale un "
tampoco", por su poca chicha, porque
termina demasiado pronto. Tampoco me vale un "
quizás", porque sería
hipotecar el futuro de tus "
depende", o podría ser el principio de un "
jamás"
oculto...

Tampoco merezco uno de tus "
nunca", que es una cantidad temporal
vacía, más o menos como la bolsa de tus "
venga, vale". No lo merezco, por la sencilla razón de que, si esto, que no sé ni lo que es, acabara aquí, ya sería algo más que nada, algo más que nunca... y algo menos que 143 mensajes, 3 blogs, 3 viajes, 2 encuentros, muchas casualidades...
No te pido que te
ilusiones, porque todas
esas me las he llevado yo. Lo siento, pero no
las comparto. Son
mías. Si no tienes te aguantas. Cuando te vea, te dejaré
algunas, pero sólo para ver como te quedan, no te imagino con
ellas puestas,...no te prometo nada,... no me prometo nada...
Así que si has llegado aquí, dame lo que te guardas y callas. Tira esa
escalera de color y deja de poner cara de póker de ases, porque el
as de corazones lo tengo yo...
Venga,
tú ganas. Dámelos.
Te hablo de uno de tus "
síes", te hablo de uno de tus "
vale"...