viernes, 27 de enero de 2012

El examen

Nos pasamos más de 22 años dándonos de ostias contra todo ser viviente con forma de cariño imaginario, y contra todo cuerpo inútil y vacío de sentimientos salientes. Nos metimos en un túnel de asignaturas, que venían suspensas de curso anteriores y que ninguna inspiración divina iba a quitárnoslas de encima...

Tuvimos varios suspensos a lo largo de nuestra ínfima vida, y acotamos el intervalo de las alegrías en una medida menor que épsilon, tan minúscula, que ni la exponencial nos hacía el favor de aumentarlas un poco...

Llegamos a un punto crítico de nuestra vida, de estos de silla. De los que te quedas encerrado en cuartos y cárceles del aburrimiento, con llantos lastimeros que sólo escuchan los que realmente te quieren... O al menos eso dijo nuestra derivada del amor, que casi nos la convierte en constante y encima negativa...

En mitad de los parciales tuvimos que hacer el examen más gordo de nuestra carrera. Nos encerramos en bonitos detalles y con unos apuntes sucios y antiguos, nos propusimos al menos sacar un 5 raspado para compensar todos los suspensos anteriores..

Con un boli de tinta negra gastado, no íbamos a ningún sitio, y nos llegó un estuche lleno de bolígrafos de colores para hacer el examen que marcaría el resto de nuestra vida...

No fuimos a tutorías porque el Destino no entiende de citas previas en el presente y tuvimos que preparar el examen solos, con ilusión y con unas ganas propias de alumno avanzado en materia...

Llegamos temprano, los dos juntos, nos pusieron un folio por delante y con una sola pregunta...

1. ¿Qué es lo que cambiarías de tu presente?

Los dos nos quedamos en blanco, pero la respuesta la sabíamos, a pesar de no venir escrita en los viejos apuntes...

La respuesta correcta era: (Dejar el examen en blanco).

Y creo que a diferencia de otros años, los dos aprobamos, y con nota...

Al final del folio, una Observación: "Las notas serán entregadas por correo..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario