martes, 31 de enero de 2012

Trapito


Y ahí estaba, clavado en la tierra, con los brazos en cruz. Con la cabeza agachada, soportando el sol fuerte de verano, las tormentas y lluvias del invierno, pasando las estaciones del año con más pena que gloria...


Un sombrero viejo tapaba mi rostro triste, con una sonrisa decaída e inexistente, con la mirada clavada en el suelo. Una chaqueta color penas y un peto cargado de decepciones protegían mi piel, que, de tantos palos, era madera vieja y corroída. Me trataron como un trapo sucio, y de ahí mi nombre; Trapito.

Era final de Agosto, mes de Soles. Cuando todo parecía normal en aquel monte de clavos, se desató una tormenta que vino como las mejores temporadas de nieves, sin pleno aviso... Tremendo chaparrón no forzado que caía encima de mi vida. En plena lluvia, una ilusión cayó en un charco del campo embarrado. La cogí y la guardé en un bolsillo casi roto de mi mojada chaqueta.

En pocos días las nubes grises desaparecieron, y el cielo se convirtió en nubes blancas y en un celeste prometedor. Al menos eso se reflejaba en el agua que había en el suelo de hace unos días...

La ilusión tomó alas de pájaro y desenterró mis pies sucios de la tierra, levantó mi barbilla a la altura de sus ojos y recorrimos unas cuantas aventuras en menos de tres meses...

Piratas informáticos, cuervos que se hacen pasar por magos gordos del aburrimiento pasional y pulpos borrachos, hicieron tambalear el barco en el que zarpamos en busca de lágrimas de cristal, aquellas que evitarán derramar tantas lágrimas de verdad, y dolorosas...

Cuando estábamos de vuelta y despedimos a Don Largirucho, amigo de risas, inspirador de las alegrías y los chistes; la ilusión se encontró con otra y me dejaron en un bosque de árboles sin hojas. Y aquí, tirado como un trapo, quedé sólo... Volví al sitio donde no tuve que haber salido. Con un gesto doloroso volví a hincar mis pies en el frío estiercol, puse los brazos en cruz y agaché la cara...

Una nube con forma de Soledad, me susurraba cómo perseguía hace nada mis sueños y cómo esos se esfumaron... Pero hay una conversación que nunca olvidaré. A mis pies llegó el Patriarca de los pájaros:

Patriarca de los pájaros: Trapito,... Trapito,... ¿qué haces aquí clavado en la tierra, y tu ilusión, la ilusión que te dí?...
Trapito: Se fué... y me dejó sólo...
Patr. de los pájaros: ¿Eh? Pero,... ¿cómo la dejaste ir?
Trapito: Es que,... ella también encontró su ilusión... pero he vuelto a mi lugar, a ser lo que siempre fuí,... un espantapájaros...
Patr. de los pájaros: No hables así Trapito... y recuerda que la ilusión tiene alas como los pájaros, por eso un día puede volar y abandonarnos... pero también, porque tiene alas, un día puede volver... no lo olvides Trapito,... no lo olvides...

Y así fue,... con una pierna dañada por el mal tiempo, llegó el 20 de Octubre y la ilusión con alas, volvió a mi sombrero de tela rota, y volvió con más intensidad que con la que se fue...
La sigo a donde vaya, a donde esté, y soy el espantapájaros más feliz y contento de todos... Me saca sonrisas donde no había, y no me importaría volverme a clavar si es con ella al lado,...



Quiero ser tu Trapito, secarte esas lágrimas cuando se derramen en tus mejillas y espantarte a todos los pajarracos que vuelan a comerse las semillas de un amor verdadero... Quiero ser Trapito... y que tú seas mi ilusión...

1 comentario:

  1. :3 Me encanta la entrada y la película de la que hablas.

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